¡Yo soy parte de la solución!
Me preocupa
cuando veo la carrera electoral como si estuviéramos viviendo en un país
normal, con una situación cercana que pareciera normal y un
presidente normal. Nada más lejos de la realidad.
Así que
para sorpresa de los candidatos, estas no serán unas elecciones normales. Se avecinan tiempos
difíciles, y con esta frase no estoy descubriendo el queso parmesano; pero sí me
impresiona escuchar discursos donde no se dice que lo que viene, como bien dice
una buena amiga «no
es charanga».
En el mejor
de los casos, quien llegue a la presidencia, hablo de la Mesa Democrática, debe enfrentar un país en desbancada, con
miles de irresponsables armados, con «colectivos» que tienen inyectado en su sangre y
su cerebro la religión-fanática del chavismo; las arcas sino vacías bastante
maltrechas; funcionarios públicos (no todos) que tienen 13 años sin trabajar,
pero sí cobrando; en fin, un país donde los valores no existen. Los anti-valores reinan.
Quiero escuchar a los candidatos hablar de valores: porque la inseguridad, la corrupción, el desempleo son problemas gigantes; pero pido y exijo a los candidatos que no se presenten como magos, que con solo sacar el conejo del sombrerito, ellos encontrarán la solución. NO, la solución está en todos y en cada uno de los venezolanos y este debe ser nuestro lema: «la solución soy yo»
Quiero escuchar a los candidatos hablar de valores: porque la inseguridad, la corrupción, el desempleo son problemas gigantes; pero pido y exijo a los candidatos que no se presenten como magos, que con solo sacar el conejo del sombrerito, ellos encontrarán la solución. NO, la solución está en todos y en cada uno de los venezolanos y este debe ser nuestro lema: «la solución soy yo»
Quiero oír a
los candidatos decir que yo, que tu, que él, que nosotros, somos parte de la
solución, que aquí no estamos eligiendo a un superhombre, estamos eligiendo a
un presidente de transición, porque esto es lo que le toca a Venezuela, sino en
los próximo 10 años, seguro sí en los 5, porque lo que nos queda de país es muy
poco ya.
Una joven de
20 años me decía el otro día que ella no encontraba nada en Venezuela que la
identificara con su futuro. Esta frase la tengo calada en mi corazón con un
dolor tan grande que me he prometido a mi misma ser parte de la solución, porque
todos juntos tendremos que ir detrás de ese sentimiento colectivo, que es el
país nuestro, con todo lo bueno que nos ha hecho sentir orgullosos, sus bellezas naturales, su
gente, su sentido del humor y por sobre todo el orgullo de ser un país educado
con excelente profesionales y con ganas de volver siempre. Pero también todo lo feo que hay; la pobreza despeinada, la desidia, la inclemencia. Hay mucho por hacer,
estos 13 años se han convertido en 20 años de atraso, pero todos, todos debemos
ir al rescate.
Por eso y más, soy parte de la solución!
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